Hace cuatro años, el 5 de noviembre de 2021, Marvel estrenaba Eternals, una película que prometía revolucionar su universo cinematográfico y que, sin embargo, ha quedado como una de las producciones más olvidadas de la saga.
La expectativa era enorme. Marvel venía de cerrar con éxito la Saga del Infinito y necesitaba abrir nuevas puertas en la llamada Fase 4. Para ello apostó por Chloé Zhao, recién ganadora del Óscar por Nomadland, y por un reparto coral que incluía a Angelina Jolie, Salma Hayek, Richard Madden, Gemma Chan y Kit Harington. La idea era clara: presentar a un grupo de héroes milenarios, los Eternos, que habían protegido a la humanidad en secreto durante siete mil años. Con ellos, Marvel buscaba ampliar su mitología, introducir a los Celestiales y sentar las bases de un nuevo nivel cósmico en sus historias.
El filme, sin embargo, no logró el impacto esperado. Aunque visualmente ambicioso y con un tono más contemplativo que el habitual en Marvel, Eternals fue criticada por su ritmo irregular, su exceso de personajes y una narrativa que muchos consideraron confusa. Lo que debía ser un punto de inflexión se percibió como un experimento fallido: demasiado solemne para el público acostumbrado al humor y la ligereza del estudio, y demasiado dependiente de la maquinaria Marvel para destacar como obra autoral de Zhao.
En taquilla, la película funcionó de manera correcta pero sin alcanzar los estándares de éxito de la franquicia. Recaudó más de 400 millones de dólares, una cifra considerable, pero lejos de los grandes hitos de la saga. Además, la pandemia todavía afectaba a la asistencia a los cines, lo que contribuyó a que su eco cultural se diluyera más rápido de lo esperado.
Con el paso del tiempo, Eternals ha quedado relegada a un rincón discreto del Universo Marvel. Sus personajes apenas han tenido continuidad en otras producciones y, salvo menciones puntuales, no han vuelto a ocupar un lugar central en la narrativa. Lo que debía ser la puerta de entrada a una nueva mitología se convirtió en un callejón sin salida, eclipsado por otros estrenos de la misma fase como Spider-Man: No Way Home o Doctor Strange in the Multiverse of Madness.
Hoy, al recordarla en su cuarto aniversario, Eternals se percibe como una rareza dentro de Marvel: una película que intentó ser diferente, más madura y ambiciosa, pero que terminó siendo olvidada por no encajar ni en el molde del blockbuster tradicional ni en el cine de autor que parecía prometer. Su legado es, en última instancia, el de un experimento valiente que no encontró su lugar en la memoria colectiva del público.
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